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domingo, 6 de febrero de 2011

1er Seminario celebrado en la ciudad de México, el 17 de diciembre 2010 (Tevet 10, 5771)





EXTRAÍDO DEL MENSAJE DE RABINO GUINSBURGH PARA LA COMUNIDAD DE ESTUDIANDES DE GAL EINAI EN MÉXICO



El reino de Iehudá estaba más conectado al Templo Sagrado en Ierushalaim, a la observancia de la Torá y al cumplimiento de sus mandamientos que el reino del norte, el reino de Efraím. Del mismo modo, hoy en día hay judíos que son más observantes y otros que lo son menos, aunque todos son judíos. Por más que en este mundo el pueblo judío sean dos reinos, cuando el Mashíaj llegue, estos dos “reinos” se unirán para convertirse en un sólo árbol. Es comprensible entonces, que una de las frases centrales de esta profecía, que constituye el haftará de Parashá Vaigash, es “el árbol de Iosef” ( עֵץ יוֹסֵף , etz Iosef). La frase mencionada anteriormente, que exclamó Iaakov al saber que Iosef estaba vivo es: “Iosef, mi hijo, todavía vive( עוֹד יוֹסֵף בְנִי חַי , od Iosef Bení jai).
Una de las técnicas especiales utilizadas en la Cabalá es la guematria, la traducción de las letras y las palabras a números. Lo asombroso es que el valor de estas dos frases, la de la parashá y la otra de su lectura haftará, es exactamente el mismo. Las dos equivalen a 316. Obviamente esto es una alusión muy importante a la afinidad especial entre Parashá Vaigash y la profecía de Ezekiel en particular que fue elegida como la lectura de los profetas de esta sección de la Torá.
Dado que nuestras palabras se transmiten específicamente para nuestra comunidad de estudiantes en México, vamos a añadir que sorprendentemente ¡éste también es el valor de “México” (מֶקְסִיקוֹ ) en hebreo!

El árbol de Iosef = Iosef mi hijo todavía vive = MÉXICO

Ahora, se dice que Iosef también alude al Mashíaj, hijo de Iosef. El Mashíaj al que todos estamos esperando, quien rectificará al mundo entero, tiene dos dimensiones en su carácter, uno de Iosef y el otro de David, que es de la tribu de Iehudá. Cada una de las ramas que aparecen en la profecía de Ezekiel representa una dimensión del Mashíaj.
El árbol de Iosef representa la dimensión en la que el Mashíaj se involucra en el discurso de la ciencia con el fin de integrarlo en la Torá. Pero esta es una tarea muy difícil y es en realidad espiritualmente peligrosa y puede dañar este aspecto del Mashíaj. Por esta razón, los sabios afirman que la dimensión de Iosef del Mashíaj está siempre en peligro de muerte, por así decirlo. Pero la dimensión de David del Mashíaj, el Mashíaj hijo de David, representa el poder político de pacificación que está conectado a la construcción del Templo Sagrado en Ierushalaim, un proceso que continua la integración entre la Torá y la ciencia alcanzada por el aspecto Iosef del Mashíaj. El aspecto de David del Mashíaj es llamado siempre vivo.


Instituto Gal Einai de Israel
Centro de difusión de Cabalá y Jasidut de Rav Itzjak Guinsburgh Shlita

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