Antes de fallecer el Baal Shem Tov, sus discípulos le preguntaron con qué criterios se debe elegir a un sucesor. Él les dijo que debían pedir a cada candidato cómo superar el ego. Si ofrecía un antídoto definitivo, se trataba de una señal segura de que él no era el elegido. Extracto del libro del Rabino Ginsburgh: "Transformar la Oscuridad en Luz"
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